LAS IDILICAS EXPECTATIVAS HACIA LA VIDA

Hoy quiero compartir con ustedes un interesante tema del cual en los últimos días ha estado dando vueltas en mi cabeza, tal vez siempre estuvo ahí y no prestaba la atención necesaria para percatarme de ello, o bien últimamente resuena más que nunca en mi alrededor.

Éste tema es acerca de cómo visualizamos o entablamos nuestras expectativas acerca de la vida en sí; a que voy con esto, bueno, todo parte de una interesante frase, de las más escuchadas por mí en el día a día y en cualquier entorno, es la famosa y trillada frase de: “ES QUE NO ES FACIL”.

Pronunciando esta frase como una denuncia, reclamo y descontento ante una situación que tal vez nosotros suponíamos lo contrario, es decir una situación que esperábamos y teníamos la expectativa de que fuera fácil o sencilla, referimos este pronunciamiento “ES QUE NO ES FACIL” cuando nos referimos al trabajo, el matrimonio, la soltería, las relaciones, los estudios, el tener dinero, el no tenerlo, la maternidad, la paternidad, las amistades, emprender nuevos proyectos.

El tener todo esto o el no tenerlo, dando por hecho que esto por ende tendría que ser sencillo, mi pregunta es, ¿En qué momento supusimos o creamos estas expectativas de que tendría que ser sencillo?, ¿Quién nos enseñó o heredo este concepto?, ¿Por qué aun viviendo lo que vivimos, seguimos suponiendo que debería ser fácil?

Una manera de hacer que sea sencillo, es empezar por romper la creencia de que lograr lo que soñamos tendría que ser fácil, como bien mencionan algunos, el problema no es el resultado, sino las expectativas que creamos alrededor de nuestras metas; es importante reflexionar y darnos cuenta de cuál es el verdadero sentido de vivir.

Como el gran maestro Víctor Frankl nos enseñó en su famosa y reconocida obra “El hombre en busca de sentido”, acerca del verdadero sentido, de cómo el dolor, la adversidad, la motivación y la importancia de elegir, son parte de la vida y sin ellas no estamos viviendo, todo lo demás que pudiéramos esperar (Felicidad, Alegría, pasión, etc.) son estados temporales.

El descubrir el verdadero sentido en vivir es, continuar, y sin tratar de ser redundante, vivir todo lo que tengamos que vivir: retos, estados de ánimo, circunstancias, situaciones que nos brinden felicidad y quizás situaciones que serán lo contrario, más con todo eso, buscarle sentido a nuestro vivir.

Si bien muchos teóricos hablan de que el estado natural del ser humano es la felicidad, y estoy de acuerdo con ello, pues considero que nuestra biología, naturaleza y sentido de supervivencia nos llevarán siempre a buscar el estado de mejor equilibrio para nosotros, y este es el sentido de la felicidad..

Sin embargo es importante tener en cuenta que para lograrlo hay que pasar por un camino de muchos retos y aventuras y sobre todo debemos reconocer que las circunstancias no son constantes, sino temporales, sea cual sea la situación que hoy estamos viviendo pasarán y continuaremos con capítulos siguientes en nuestra vida.

Con esta reflexión los invito a analizar nuestro lenguaje diario, y evaluar si esta frase es parte de nuestro diccionario y si es así, revisar cual es la expectativa que hay detrás de ella, y transformarla; transformarla en un sentido por supuesto no fatalista, más si en un sentido de lucha, aprendizaje, esperanza y resistencia, y agradecer a la mejor maestra que podemos tener para brindarnos las más grandes lecciones, y esta maestra se llama vida.

Por Alejandra Gaona

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