PARIDAD EN TODO

En junio de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma a varios artículos de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos el principio de paridad en todos los ámbitos de gobierno; con ello se cristalizaba una de las demandas del movimiento feminista y la lucha de más de dos siglos:

El derecho de las mujeres de ser reconocidas como ciudadanas plenas y de participar de manera equilibrada en los espacios de decisión de la vida económica, política y social de nuestro país.

Debemos recordar que el derecho al sufragio femenino en nuestro país es reciente, en el primer Congreso Nacional Feminista celebrado en la ciudad de Mérida, Yucatán  en enero de 1916, Elvia Carrillo Puerto y otras congresistas plantearon como una de las demandas el sufragio femenino, sin embargo su propuesta  tuvo poco eco;  ese mismo año Hermilda Galindo envió una misiva a los Constituyente de 1917 solicitando que se reconociera el derecho de las mujeres a votar y ser votadas en todos los puestos de elección popular  en la Carta Magna,  al final los congresistas todos ellos hombres, resolvieron no reconocerlo argumentando que el espacio natural de las mujeres era el hogar y que no existía el interés suficiente de las mujeres de participar en la vida política de nuestra nación.

No obstante ello, las sufragistas mexicanas insistieron, en 1923 Elvia Carrillo Puerto es electa como diputada local del Congreso de Yucatán, a pesar de que no estaba específicamente contemplado en la constitución ni en las leyes, lograron participar varias mujeres en las elecciones a la cámara de diputados y ayuntamientos gracias a la apertura del entonces gobernador del estado, Felipe Carrillo Puerto; sin embargo pocos meses después tuvo que abandonar el cargo ante la amenaza de muerte contra ella y el asesinato de su hermano, Elvia fue escoltada para que abandonará su natal estado,  durante más de cuatro décadas lucharon para que las mujeres pudiéramos votar en las elecciones; el 17 de octubre de 1953  se publica la reforma constitucional que reconoce a las mujeres el derecho de votar y ser votadas a todos los puestos de elección popular.

A pesar de que nuestro derecho se encontraba reconocido desde mediados del siglo pasado, la mayoría de los partidos políticos no postulaban a las mujeres y si lo hacía era en los cargos de menor importancia o bien en los municipios pequeños, por  lo que prevalecía la subrepresentación de las mujeres en los cargos públicos, a la largo de nuestra historia sólo 5 mujeres han ocupado el puesto de gobernadoras electas y 2 de gobernadoras suplentes; apenas hace  una década sólo el 5% de las presidencias municipales eran encabezadas por una mujer, ninguna  ha sido electa como presidenta de la república.

Hoy el principio constitucional de paridad de género abre la oportunidad real de que las mujeres lleguemos al poder e impulsemos una agenda que nos permita avanzar por el bien de todas.

 

Por María del Carmen Consolación González Loyola Pérez

Lic.en Derecho, Ex regidora, Ex diputada, Investigadora, Educadora de feminismos, Escritora, cuenta con 8 diplomados en derechos humanos, acceso a la justicia y políticas públicas con perspectivas de género y filántropa.

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