¿Te has preguntado qué es lo que te hace verdaderamente feliz? ¿Qué es aquello que te resulta impostergable? ¿Aquello que cada vez que realizas se completa ese vacío dentro de ti? Eso que cada que haces te sientes invencible, Aquello que seguirías haciendo cada día sin importar.
La respuesta a estas preguntas es aquello a lo que llamamos “Pasión” un sentimiento de gran intensidad que involucra amor, deseo y entusiasmo por algo o alguien; en términos de vocación es aquello en lo que creemos con determinada convicción y se refleja aquí nuestro mayor interés y tiempo, dedicamos energía, esfuerzos y estos son alimentados por la gran motivación interna que sentimos de poder construir nuestro futuro logrando aquello que nos hace realmente felices.
Cuando algo nos apasiona no nos importa dedicar los recursos que tengamos que dedicar, tiempo, esfuerzo, energía, por que sabemos que esto rendirá frutos y será un camino de lo más gratificante.
Aunque esto no quiere decir que no habrá dificultades, decisiones o inversiones que se tengan que hacer para lograrlas, tenemos que tener muy en claro cuáles son nuestras pasiones y saberlas distinguir de pasatiempos; nuestra pasión es aquello que a pesar del miedo decidimos hacer.
¿Dónde se encuentra mi pasión?
A veces nos envolvemos en nuestro día a día, el cual se basa en completar normas, hábitos, rutinas y un circulo de creencias culturales y sociales que nos enrolan en un estilo de vida automático y tradicional, el cual no es malo si es que realmente ser parte de este círculo es tu pasión, pero si no lo es y aun así seguimos siendo parte de él, es momento de que te tomes un tiempo, detengas ese ciclo automático y te cuestiones cuáles son aquellas verdaderas pasiones, porque no las estas completando y que tienes que hacer para cumplirlas.
A veces perdemos de vista cuales son esas pasiones, cual es mi vocación o peor aún, no sabemos cuál es nuestra pasión; y como normalmente nos pasa y nuestra mente nos traiciona, sabemos que es aquello que no nos gusta y para lo que no tenemos pasión o vocación, pero cuando se trata de revertir la respuesta hacia aquello que realmente nos mueve o apasiona es cuando el silencio aparece.
Los japoneses tienen un concepto integral donde el elemento pasión es parte activa de una filosofía entendida como El sentido de la vida llamado “ikigai” o aquello para lo que hemos sido llamados, esta filosofía IKIGAI involucra lo que amas, para lo que eres realmente bueno, lo que el mundo necesita y aquello en lo que tienes profesión; todo esto fluyendo en conjunto dan paso a lo que esta metodología llama el verdadero sentido, una manera en la que nuestras pasiones no solo satisfacen nuestras necesidades y deseos sino que contribuyen de manera colectiva e integral al bien común de otros.
Imagina todo aquello que podrías lograr, todo el impacto que pudieras producir de practicar tus verdaderas pasiones, te invito a que conectes con aquello a lo que crees que has sido llamado, regálate unos minutos para cuestionarte, para responder de manera transparente y lo más importante para establecer un plan para lograr esas pasiones.
Si quieres perseguir tu pasión debes de estar dispuesto a dedicarte a ello, aunque esto a veces implique esfuerzos y derribar mitos y creencias alrededor de este concepto, es momento de cuestionar, redefinir y resignificar.
Alejandra Gaona
